Burzaco y su pandilla, la historia del argentino que manejaba el fútbol sudamericano (y que echó a Manuel Burga)

Juan Carlos Ortecho
Útero DeportivoManuel Burga está detenido y puede ser extraditado a Estados Unidos donde deberá enfrentar cargos por los delitos de conspiración de crimen organizado, lavado de dinero y fraude electrónico. La denuncia del Departamento de Justicia norteamericano que implica al ex número uno del fútbol peruano se basa en gran medida en el testimonio de Alejandro Burzaco, empresario argentino dueño de los derechos de mercadeo del fútbol sudamericano y quien asegura que le dio sobornos a Burga y otros dirigentes sudamericanos a cambio de los derechos de televisión de la Copa Libertadores. En esta crónica de junio de este año contamos la cinematográfica historia de Burzaco, antes de que se entregue a las autoridades norteamericanas unos días después y adelantamos la posible existencia de su vínculo con Manuel Burga.
Juan Carlos Ortecho para La República y Matemáticamente
Se llama Alejandro Burzaco, es un multimillonario empresario argentino y confeso hincha de River Plate. A través de su empresa “Torneos y Competencias”, la cual gestiona Fox Sports y Directv Latinoamérica, tiene el control económico del fútbol sudamericano. Es quien decide cuándo, cómo y a qué hora se juegan la Copa Libertadores o la Copa América.
En la madrugada de Londres, sin embargo, el empresario no tiene ni la menor idea de que todo ese imperio está a punto de venirse abajo. Solo unas horas después, algunos de sus amigos y cómplices estarán en una celda de la policía de Zúrich, enfrentando cargos formulados por el Departamento de Justicia de Estados Unidos de formar parte de una organización criminal que evadía impuestos y lavaba dinero. En lugar de asistir al Congreso FIFA, él estaría en una estación de trenes de la ciudad, sin dispositivos electrónicos que puedan delatar su ubicación. Otra de las órdenes de arresto tenía su nombre.
Estadio La Bombonera, Jueves 14 de mayo del 2015. 10:45 pm. Hay caos en la cancha durante el intermedio del superclásico argentino válido por los cuartos de final de la Libertadores. Los jugadores de River Plate han sido atacados con gas pimienta por la hinchada de Boca cuando salían del túnel para el segundo tiempo. Mientras las cámaras de Fox Sports, empresa de Burzaco, transmiten en vivo y Fernando Niembro, empleado de Burzaco, nos cuenta cada detalle de lo ocurrido, el réferi y el comisario del partido parecen dos venados bajo los reflectores, incapaces y temerosos de tomar una decisión.
Aparece entonces sobre el centro del campo, un individuo vestido de casaca deportiva y gorrita. El réferi argentino y el comisario boliviano lo miran como esperando órdenes. Es el mismo personaje que encontraríamos diez días después en el aeropuerto de Londres y luego fugando de las autoridades norteamericanas. Alejandro Burzaco, dueño bajo la sombra del fútbol sudamericano, ha entrado a la cancha para decidir si se juega o no. Mientras tanto, su empleado Niembro vocifera en vivo para todas las Américas y despotrica contra todos menos contra el sistema absurdo que hace que el destino de la pelota esté en manos de un empresario.
Oficinas del IRS Los Ángeles. 10 de diciembre del 2011. 09:05 am. Steve Berryman, agente federal del I.R.S., llena documentos para formular una denuncia penal por evasión de impuestos contra Chuck Blazer, el secretario general de la Concacaf. Berryman no lo sabe, pero está echando a andar la maquinaria federal que finalmente remecería a la FIFA desde sus cimientos. A miles de kilómetros en sus oficinas de San Telmo en Buenos Aires, Alejandro Burzaco tampoco lo podía saber, pero ya su suerte estaba echada.
El nombre de Blazer también había surgido en una investigación del FBI por supuestas conexiones con una mafia rusa que operaba en Nueva York. Los agentes Jared Randall y John Penza llamaron a Berryman para unir esfuerzos y echarle el guante al estrafalario delincuente de cuello y corbata. En el curso de la investigación, la pista de Blazer los llevó a las puertas de uno de sus asociados: el brasileño José Hawilla, magnate del marketing deportivo y dueño de la empresa Traffic Sports USA.
Según la última denuncia del Departamento de Justicia de Estados Unidos, Traffic y Hawilla habían tenido el monopolio del fútbol sudamericano desde 1991, gracias al pago compulsivo de sobornos a las autoridades de Conmebol. Todo eso terminó en el 2011, cuando a instancias de un grupo de presidentes de las federaciones –entre los que estaría Manuel Burga–, la explotación de derechos de la Copa América le fue adjudicada a Full Play, empresa argentina de los hoy perseguidos Hugo y Mariano Jinkis. A ellos se les imputan los mismos cargos de sobornos, lavado de activos y evasión de impuestos al obtener los derechos de marketing de Conmebol y Concacaf. A la fecha, Full Play es dueña también de los derechos de transmisión de las eliminatorias y entre sus clientes figura Media Networks en el Perú.
Indignado, Hawilla –y sin saber todavía que Estados Unidos le seguía los pasos– demandó en un juzgado de la Florida a Conmebol y a Full Play, argumentando que Traffic tenía una opción de compra en su contrato. Desde las oficinas de Torneos y Competencias, Alejandro Burzaco olfateó entonces su oportunidad.
Balcarce 510, San Telmo. Oficinas de Torneos y Competencias. 15 de marzo del 2013. 1:35pm. Reclinado sobre un asiento de cuero, Burzaco conduce una reunión secreta que busca terminar con el enfrentamiento entre Traffic y Full Play y de paso, colar a Torneos en el territorio que aún le falta conquistar: la Copa América.
A un lado tiene a los Jinkis, dueños de Full Play, y en la otra esquina a José Hawilla, de Traffic. Burzaco le dice a Hawilla que él y los Jinkis ya habían acordado el pago de sobornos a los presidentes de la Conmebol a cambio de hacerse de las cuatro ediciones siguientes de la Copa. Su propuesta entonces fue la siguiente: formar una nueva empresa entre las tres partes con igual participación. Lo único que le solicitaban a Hawilla, era deponer la demanda en Florida y que le reconozca US $ 10 millones que ya se habían desembolsado en sobornos. No es muy difícil imaginar a Burzaco persuadiendo a Hawilla con cancha porteña: “Para qué nos vamos a pelear, che, si hay guita para todos”.
Lo que no sabían los argentinos es que cada paso de José Hawilla ya estaba siendo registrado por las autoridades de Estados Unidos. Algunos creen, por el detalle en el registro de las conversaciones, que Hawilla ya estaba cooperando con el Departamento de Justicia y usaba un dispositivo electrónico. El brasileño, quien sigue siendo investigado, lo ha negado.
Hotel Regis, Bal Harbour, Florida. 1 de mayo del 2014. 2:20 pm. Con la presencia de todos los presidentes de las confederaciones sudamericanas (entre ellos el peruano Manuel Burga), Jeffrey Webb, presidente de Concacaf, y hoy preso en Zúrich, hace un anuncio: “Conmebol y Concacaf han unido al continente americano para celebrar el centenario de la Copa América”. La Copa América Centenario, una edición extraordinaria del torneo continental, se realizaría en los Estados Unidos en el 2016. Presentes en la conferencia de prensa están Burzaco y su pandilla: Hawilla y los hermanos Jinkis.
Los términos del contrato que firmaría con Conmebol la nueva empresa que habían acordado constituir, ya se habían discutido. US $ 317. 5 millones por los derechos de márketing de las siguientes cuatro Copas América y un “bono” de US $ 100 millones destinados a ser pagados en cinco armadas de US $ 20 millones para los 10 presidentes de Conmebol. Al terminar la reunión, un dispositivo electrónico registró a Burzaco diciendo:
“Todos podemos ir a la cárcel por esto, ¿eh?”
La empresa que formó la pandilla de Torneos, Traffic y Full Play se llamó DATISA y fue constituida en Montevideo el 21 de mayo, solo 20 días después de la reunión en Bal Harbour. Cinco días después, en Londres, DATISA firmó contrato con Conmebol y se quedó, en exclusiva, con los derechos para todo el mundo de cuatro ediciones de la Copa América. Según el Departamento de Justicia estadounidense, en el documento figuran las firmas de Burzaco, Hawilla y los Jinkis y de doce oficiales de Conmebol (Se presume que son los presidentes de las federaciones, entre ellos, Manuel Burga) y solo se consignan US $ 317.5 millones como pago por los cuatro torneos. Los US $ 100 no están en ese documento.
Esa cantidad ingresaría como dinero negro a las respectivas federaciones y US $ 40 millones ya habrían sido pagados. Como prueba, la denuncia de la fiscal general Loretta Lynch muestra transferencias bancarias desde una cuenta en Miami a nombre de Traffic a cuentas en Zúrich manejadas por Torneos y Full Play, por un total de US $ 13.333.333. Es decir, exactamente un tercio de su participación como socio de DATISA en el soborno de los 40 millones.
El resto de la historia es conocida: la policía suiza levantando de sus camas a siete dirigentes de Conmebol y Concacaf en el lujoso hotel Baur Au Lac de Zúrich, la captura internacional de los empresarios deportivos y la enésima reelección de Sepp Blatter dos días después. El sátrapa de la FIFA debe sonreír al ver a estos rapaces sudamericanos jugando a la mafia. Una actividad que solo él sabe manejar con pericia.
BONUS TRACK: Manuel Burga entre los implicados
De cualquier forma, un penalista experto al que consultamos para esta nota, nos indicó que el hecho que un documento judicial dé cuenta de un pacto para que el Presidente de la FPF reciba 1.5 millones por cada Copa América, de por sí solo debe justificar una investigación del Ministerio Público peruano.
Post script:
-El 9 de junio del 2015 en el pueblo de Bolzano al norte de Italia, Alejandro Burzaco se entregó a las autoridades estadounidenses solo 13 días después de la redada de Zúrich de la cual se había escapado. Desde ese entonces, comenzó a colaborar con la justicia federal norteamericana, contando la vida y milagros de los dirigentes a los que tenía en su bolsillo.
-El 3 de diciembre Estados Unidos hizo pública una ampliación de la denuncia de mayo en la que acusaba a 16 dirigentes latinoamericanos de conspiración de crimen organizado, sobornos, lavado de dinero, fraude, entre otros delitos. Entre ellos figuraba Manuel Burga por su participación en dos hechos puntuales: la firma del contrato con Datisa por los derechos de la Copa América que detallamos arriba y por solicitar y recibir sobornos de Burzaco a cambio de los derechos de la Copa Libertadores.
-El viernes 5 de diciembre, y a solicitud de Estados Unidos, Burga fue detenido por las autoridades peruanas en su casa de San Isidro. Ahora enfrenta un proceso de extradición.
Más procrastinación
